[reinaldo arenas, El palacio de las blanquísimas mofetas]«Irrumpió el estruendo. Una bandada de pájaros rajaron rápidos el aire y él los vio, lejanos y centelleantes, adentrándose en el cielo, mientras un ardor, un escozor, una sensación de que ya, de que ya, se adentraba en su piel, iba posesionándose de su cuerpo, penetraba hasta en las regiones más profundas, quemando, luego de haber atravesado el aire como figuras resplandecientes y rápidas, también inapresable, igual que aquellos pájaros. Lo había alcanzado la ráfaga; iba a morirse.»
lunes, 24 de mayo de 2010
dios salve a la reina(ldo arenas)
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